Sé que en cualquier situación, decir algo es fácil pero llegar a aplicarlo puede ser muy dificíl, es por eso que si leiste el Paso:0 que habla acerca de la paciencia probablemente te estés preguntando cómo puedes se más paciente. Admito que esa pregunta no sabria como resonderla a ciencia cierta, ya que para cada ser humano funciona algo distinto, sin embargo, quiero compartir contigo algunas herramientas que a mi me han servido para cultivar la paciencia. Espero que resuenen contigo.
En estas sección podrás encontrar: 1 libro, 1 podcast, 1 historia y 1 manera en la que yo literalemnte aplico esta herramienta en mi vida. Cuentame si alguna de estas herramientas te llama la atención o la has aplicado antes en tu vida.
Un libro: Crisis ¿Estás preparado para crecer? Por Enric Corbera
Este ha sido uno de los libros que más me ha enseñado acerca de la paciencia, principalmente porque su autor, encarna la experiencia de aquello que muchos nos da miedo hacer: Cambiar de rumbo por completo e ir hacia algo que nos hace felices, que no necesariamente tiene que ver con aquello que hemos hecho con nuestras vidas profesionales hasta el momento. Enric Corbera, un técnico industrial que habia trabajado toda su vida en calidad, cambió de rumbo después de los 40 años, empezó a estudiar psicologia y ahora es un reconocido autor, maestro y conferencista que simplemente desea enseñar a las personas a construir su propia versión de la vida.
Este libro no trata especificamente de la paciencia, de hecho relata todos aquellos elementos presentes en una crisis y como los seres humanos inmersos en el mundo de los contrastes, hacemos uso de las más grandes crisis para de allí construir nuevas soluciones y caminos. Y precisamente una de sus más grandes enseñanzas es que siempre las personas estamos en el momento perfecto y realizamos las acciones perfectas que nos llevan a crecer y como algo que parece la decisión incorrecta en cierto momento, en este mundo de la dualidad postriormente se puede convertir en una bendición.
Este libro me hizo ver que tengo la oportunidad de dar el primer paso a aquello que me hace feliz aquí y ahora, siempre.
Si decides darle una oportunidad aquí te dejo el link de Amazon: https://www.amazon.com.mx/Crisis-%C2%BFEst%C3%A1s-Preparado-Para-Crecer/dp/8412415922.
Un podcast: Episodio 262: Se Regalan Dudas: ¿Cómo Calmar la mente? Con Jaqueline Lapidus.
Este episodio me hizo ver que no era la única que tenia un revuelo mental adentro que me presionaba a ser "algo más"
Me ayudó a entender:
*De dónde venian esos pensamientos tan repetitivos que me hacen perder la calma.
*El por qué es importante cuestionar la mente y los jucios que lanzo hacia los demás y hacia mi.
*El como estos pensamientos me hacen daño y pueden incluso llegar a retrasar mi proceso.
*La compasión conmigo misma y soltar el control es siempre la decisión más sana.
Una historia: Cuento chino - Antony de Melo
Esta historia china la contaba Anthony de Mello y la leí pro primera vez en el libro "Las Casualidades no Existen" de Borja Vilaseca.
Un granjero vivía en una pequeña y pobre aldea. Sus vecinos le consideraban afortunado porque tenía un caballo con el que podía arar su campo. Un día el caballo se escapó a las montañas. Al enterarse los vecinos acudieron a consolar al granjero por su pérdida. “Qué mala suerte”, le decían. El granjero les respondía: “mala suerte, buena suerte, quién sabe”.
Unos días más tarde el caballo regresó trayendo consigo varios caballos salvajes. Los vecinos fueron a casa del granjero, esta vez a felicitarle por su buena suerte. “Buena suerte, mala suerte, quién sabe”, contestó el granjero.
El hijo del granjero intentó domar a uno de los caballos salvajes pero se cayó y se rompió una pierna. Otra vez, los vecinos se lamentaban de la mala suerte del granjero y otra vez el anciano granjero les contestó: “Buena suerte, mala suerte, quién sabe”.
Días más tarde aparecieron en el pueblo los oficiales de reclutamiento para llevarse a los jóvenes al ejército. El hijo del granjero fue rechazado por tener la pierna rota. Los aldeanos, cómo no, comentaban la buena suerte del granjero y cómo no, el granjero les dijo: “Buena suerte, mala suerte, ¿quién sabe?”.
Esta pequeña historia es una que trato de recordar seguido cuando estoy teniendo lo momentos de mayor ansiedad. Me ayuda a recordar que realmente yo no sé a que me va a llevar cada camino de la vida y como no sé, tal vez lo mejor es respirar, tratar de calmarme y saber que eso que es lo peor que me estoy imaginando, realmente pueda llegar a ser la mas grande bendición. ¿Quien sabe?
Una manera en la que yo aplico la paciencia: Dejarselo "Dios" que llevo adentro.
Leí esta tecnica por primerz vez en el libro "El Juego de la Vida y Como Jugarlo" de Florence Scovel.
No sé en que creas tu en la vida, en lo que sea que creas, está perfecto.
Yo por mi parte creo en una inteligencia superior, infinita, benevolente, amorosa que solo quiere lo mejor para mi, mi crecimiento y está en todas partes, arriba, abajo, afuera y lo más importante, adentro de mi. A esa inteligencia infinita puedes llamarla como quieras: Dios, Diosa, Universo, Ser superior, Espiritu, lo que sea.
El punto es que he de reconocer que esa inteligencia infinita y enorme, es más sabia que yo, tiene mejores planes para mi de los que yo incluso puedo llegar a plantearme en esta vida. ¿Como lo sé? Siempre que me he aferrado a algo y me lo ha quitado del camino, me ha presentado las bendiciones más increibles en su lugar y siempre termino diciendo "Ahhh, para esto era"
Florence Scovel, me enseñó en su libro que cuando algo me estresa y no tengo la solución, todo ese desespero e impaciencia se la puedo entregar a la inteligencia infinita para que lo resuelva. En el libro ella lo nombra como entregarle el problema al "Dios que tenemos adentro". Me pareció un poco gracioso la primera vez que lo leí pero algo me hizo clic y lentamente he empezado a aplicarlo.
Ahora, cuando algo me desespera mucho y me inundo de pensamientos y miedos, las veces que logro caer en cuenta, que cada vez son más, cierro los ojos, trato de respirar y varias veces me repito "Le dejo este problema al Dios que tengo adentro, el sabrá la mejor solución y me la hará saber cuando menos lo espere" y lo repito varias veces.
Esta tecnica me ha servido tanto para calmarme y quietarle el peso a lo que está pasando en el momento como para realmente encontrar la solución a lo que me inquieta, sea en el mismo momento, unas horas o unos días después, siempre que la he aplicado ha llegado la solución ideal.
Espero que decidas darle una oportunidad.
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